Pesadilla! ¿Haciendo de niñera? Cuidando de Akira. [Misión]

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Crow estaba caminando por las calles de Magnolia, había atravesado uno de sus mercados, estaban a rebosar. Era un día algo caluroso, y el sol pegaba con fuerza, las personas hacían sus labores del día a día como hacer la compra para la semana, por ejemplo. Crow caminaba entre el gentío con su catana enfundada, sobresalía por el simple hecho de llevar su catana y ropa de espadachín, cualquier persona diría que era un mercenario, aunque en realidad si que podría considerarse como mercenario, pues hacía trabajos a cambio de una suma de dinero. Es más, en ese momento estaba realizando uno, buscaba la casa en la que habitaba un niño, pero no era un niño cualquiera, su padre era uno de los creadores de un gremio antiguo, y por esa razón principalmente parecía no poder estar en casa, y su madre debía de salir. Cual era la misión de Crow?, cuidar de el hijo de estos dos, llamado Akira. Poco sabía de este niño, tan solo que tenía 13 años y que había sido criado en alta cuna. Mientras Crow avanzaba entre el gentío no estaba del todo convencido de que pudiese realizar la misión de forma exitosa sin asesinar al niño antes, ya que con la poca paciencia que este tenía si el niño se le ponía borde, le dejaría probar el filo de su espada, pero intentaría no llegar a esos extremos. Finalmente llegó a la casa que estaba viajando, había un gran cambio entre casas, de un barrio de casas antiguas a una casa lujosa y casi nueva, mucho más grande que las otras. Crow llamó a la puerta y pudo escuchar gritos de dentro de la casa, un grito de la madre ordenando a su hijo que se esté quieto y este respondiendo a su madre con otro grito, aunque esta vez Crow no pudo adivinar que era lo que le había respondido. La madre abrió a duras penas la puerta para encontrarse con Crow - Eres el mago que ha aceptado la misión? - preguntó la madre, aún con el mango de la puerta en la mano por si tenía que cerrar la puerta rápidamente, quizás las personas como esa mujer que eran tan conocidas y tenían tanta fama y fortuna, se habían llevado algún susto de vez en cuando, además de que las pintas de Crow daban que pensar que podría intentar atacarla el cualquier momento. Crow asintió - Si, he aceptado la misión de cuidar de... Akira? - preguntó Crow intentando verificar que finalmente había conseguido memorizar el nombre de aquel chico que tenía que cuidar mientras su madre no estuviese. La madre sonrió y abrió del todo la puerta, quizás porque ella también había verificado que Crow era la persona que estaba esperando para poder salir a hacer sus cosas y dejar a su hijo en casa, ya que no se fiaba de que este pudiese estar solo en casa un momento, no después de todas las cosas que había visto y vivido hasta el momento - Pase entonces por favor - dijo la mujer haciéndose a un lado para que Crow pudiese entrar en la casa y que pudiese dar un primer vistazo a la casa. La casa estaba impoluta, realmente impoluta, por no decir que estaba casi vacía, todos los muebles que estaban pegados a la pared o que eran muy pesados, estaban en las habitaciones, pero otras cosas como joyas, muebles pequeños, figuritas e incluso lápices, estaban escondidas, quien sabe donde, aunque tampoco culpaba a la mujer, había contratado a un mago del cual no sabía nada e iba a dejarlo quedarse en su casa, podría pasar cualquier cosa - Quiere usted tomar un té o algo? -  preguntó la mujer mirando a Crow, este desvió la mirada hacia esta y asintió - Un té verde frío me vendría bastante bien la verdad - dijo Crow sonriendo y esta asintió y se retiró hacia la cocina para sacar una tetera caliente y una bolsa con té verde, luego sacó unos cuantos cubitos, dos tazas y un vaso. Lo llevó todo a la mesa, en donde habían tan solo dos sillas, la mujer tomó asiento - Con permiso - dijo Crow haciendo intención de sentarse en la otra silla de la mesa - Tranquilo, adelante, como si estuvieses en tu casa - dijo la mujer con una sonrisa mientras Crow terminaba de acomodarse en la silla. Mientras la mujer servía los tes, se produjo un silencio, en el que tan solo se podía escuchar como tarareaba una canción el niño, que estaba en el piso de arriba - Bueno..., sobre Akira, hay algo que deba saber de él? Algo importante? - preguntó Crow pasándose el té verde al vaso grande con cubitos. La mujer negó con la cabeza - Nada que no sea obvio, es un niño que se ha criado en alta cuna, por lo que quizás es algo... exigente, además de que acepto que tiene unos gustos algo extraños, pero sigo diciendo que nada que esté fuera de lo normal, no creo que haya ningún problema, además tan solo estaré fuera una hora como mucho, para usted, que parece ser un mago fuerte, dudo que esta misión que le he encomendado vaya a ser un problema - dijo la mujer dando un sorbo al té caliente. Precía ser una misión bastante fácil, por lo que se veía parecía que el único problema que había en el niño eran unos gustos extraños, nada del otro mundo, Crow podría lidiar con eso - Pues por mi parte puede usted marcharse tranquila, yo cuidaré de Akira - dijo Crow pegando un sorbo de su té, que ya estaba helado, como lo había pedido. - Creo que sería buena idea que conocieses a mi hijo en persona antes de que me vaya - acotó la mujer mientras se levantaba a llamar a su hijo. Poco después Akira llegó al lugar. No parecía ser un mal chico - Buenas, me presento mi nombre es Akira, supongo que tu eres el que hará de mi canguro durante hoy..., verdad? - preguntó Akira sin muchas ganas, se podía notar que tan solo estaba actuando para que su madre no se enfadase - Supongo que sí, espero que nos llevemos bien - dijo Crow tomando otro sorbo de su té helado - Eso espero - dijo Akira mirando a su madre, cuando tuvo su aprobación, volvió hacia su cuarto. La tarea sería fácil, parecía que ese chico no tenía demasiadas ganas de salir de su cuarto por lo que eso le facilitaría mucho el trabajo a Crow, tan solo debería cuidar que no hiciese ninguna travesura. Poco después la mujer comenzó a recoger todas sus cosas para poder salir y hacer aquellos recados que tenía que hacer, dejando finalmente a Crow solo en casa con Akira, el niño al que tenía que cuidar.

Y la puerta se cerró, Crow estaba finalmente solo en aquella casa con aquel chico llamado Akira, que lo primero que había hecho nada más ver a Crow había sido ir a su cuarto y encerrarse en él. Con el chaval recluido en su cuarto sin molestar, la misión sería coser y cantar, de forma que Crow lo primero que hizo fue acomodarse en su silla y asomarse por la ventana, el sol que había anteriormente comenzó a desaparecer por verse tapado por unas cuantas nubes, al parecer se había girado un viento amenazando con lluvia, eso significaría momento de relajación por parte de Crow, le gustaba mucho cuando llovía, podía encontrar su paz interior. Entonces escuchó un ruido extraño arriba, y se levantó, ¿Que estaría haciendo aquel chico?, quizás estaría haciendo alguna travesura aprovechando de que su madre no estaba, o quizás simplemente sería puro  rencor hacia Crow por ser él quien tuviese que estar cuidando de él cuando su madre ya no estaba, Crow se ponía en su lugar, ojalá hubiese tenido a alguien que le cuidase cuando era pequeño, su vida se basó en lucha desde pequeño, cuando comenzó a entrenar, y justo cerca de la edad de aquel chaval, tuvo que cambiar el chip y comenzar a sobrevivir por sí mismo, matando a todo aquel que se le cruzaba por su camino. Había corrido mucha sangre por las manos de Crow a causa de su pasado, y sin duda correría mucha más, Crow no sentía remordimiento alguno por rebanarle el cuello a cualquier víctima con el baile de sus espadas rasgando la tierna piel y cortando el duro hueso del cuello, de esa forma había tenido que decapitar varias veces. Cuando había huido de su casa por sobrevivir, tuvo que enfrentarse a varias personas, y después de un baño de sangre, Crow le cogió cierto gusto a la sangre ajena, aunque sin llegar al punto de matar sin razón, pues Crow siempre necesitaba tener una razón para todo lo que hacía, por ejemplo, estaba cuidando a aquel chico porque le pagaban por ello, y en ese momento estaba subiendo las escaleras de aquella casa para saber que estaba haciendo el chico al cual estaba cuidando, pues su tarea era que no hiciese ninguna travesura. Entonces Crow pudo ver al chico en medio del pasillo, colocándose una chaqueta - A donde vas poniéndote una chaqueta? - preguntó Crow mirando al chico serio, no dejaría que este se marchase de la casa por nada - A dar una vuelta por la ciudad - respondió Akira terminando de colocarse la chaqueta - Me da que te dejaré dar una vuelta, pero por tu habitación, no saldrás de esta casa hasta que tu madre vuelva - respondió Crow, aunque le hubiese quedado mucho mejor si lo hubiese dicho en tono burlón, Crow lo dijo serio, en ocasiones como esas, en las que trabajaba, al igual que cuando luchaba, Crow perdía toda su gracia para volverse una persona muy fría y calculadora, era una habilidad que había desarrollado al cabo del tiempo - Saldré cuando me dé la gana - respondió Akira con cara seria también. Ambos se miraban a los ojos, estuvieron así un rato, sin decirse nada - Saldrás cuando yo te diga - respondió finalmente Crow - Y ahora entra en tu cuarto, puedes hacerlo por las buenas o por las malas - continuó Crow mirando al chaval y señalando el cuarto donde decía "Akira". El chico lleno de ira le dio una patada a la pared, dejando la suela del zapato marcada en la blanca pared, entró en su cuarto y cerró de un portazo. Quizás Crow se había pasado un poco con el niño, pero no podía permitir que saliese de la casa, si lo hacía podría perderle y eso no sería nada bueno. Crow volvió a bajar a la sala de estar, ya estaba lloviendo, era un buen momento para que lloviese, se sentó en el sillón y se relajó, confiando en que si el chico veía que llovía, renunciaría a salir de la casa, pero un nuevo sonido le llamó la atención, como se abría una ventana, ¿en verdad aquel enano estaba planeando escaparse por la ventana?, Crow salió a la calle, mojándose. Pudo ver como el chico saltaba de la fachada de la casa a un árbol y de este bajaba, pero Akira tuvo la mala suerte de que Crow se encontrase bajo la copa del árbol. Crow lo agarró de la espalda y lo entró en la casa - Como vuelvas a intentar algo así te juro que te encadenaré y te dejaré encadenado hasta que vuelva tu madre - amenazó Crow - Porqué no me dejas salir?! - gritó Akira perdiendo los nervios, ese canguro era más persistente de lo que esperaba - Porque no esta incluido en mi misión que te deje dar vueltas por la ciudad, además, esta lloviendo, te constiparás - dijo Crow mientras cerraba la puerta con llave - Te quedarás quietecito en la sala de estar conmigo hasta que tu madre vuelva - ordenó Crow sentándose nuevamente en el sillón. Pasó el rato y Crow finalmente se durmió, Akira había estado esperando esa oportunidad para vengarse de todo lo que su canguro provisional le había hecho. Habría podido aprovechar para escaparse, pero el asunto no habría tenido gracia, valía la pena quedarse en casa en ese momento. Crow se despertó, estaba esposado a una tubería, en un cuarto oscuro, donde tan solo podía ver una la luz que emitía una vela situada a la otra parte del cuarto. Entonces la vela iluminó la cara sonriente de Akira. Crow miró hacia su torso, no tenía camisa, y estaba esposado, ¿que planeaba hacer ese chico? - Mira, maldito mago, me has estado molestando mucho - dijo Akira caminando lentamente rodeando la mesa en donde estaba la vela - Y la verdad..., es que no me gusta nada que me molesten - continuó el chico parándose al lado de la vela y cogiéndola con su mano derecha - Y..., cuando alguien que se tiene que ocupar de mí, hace algo que no me gusta... - dijo Akira aproximándose al torso desnudo de Crow, hipnotizándose con los abdominales de Crow - ... lo castigo - dijo Akira con una sonrisa mirando a Crow mientras le dejaba caer unas cuantas gotas de cera caliente a los abdominales. La cera se movía lentamente quemando la piel de Crow. Crow sentía un dolor inmenso, no obstante no gritaría, no dejaría que aquel criajo escuchase sus gritos de dolor. Tenía que concentrarse en como salir de ahí rápidamente, entonces pudo encontrar las llaves de las esposas en el bolsillo de Akira - Porque no gritas??!! - preguntó Akira perdiendo los nervios al ver que su víctima no gritaba - Quizás tenga que darte un trato más... especial... - dijo Akira sonriendo mientras dejaba la vela a un lado y caminaba dando pequeños brincos hacia una mesa en donde tenía un látigo de tres puntas. Crow buscaba la manera de poder llegar a las llaves, tenía que robárselas de algún modo - A ver si te resistes a esto - dijo Akira mientras le pegaba un latigazo a Akira, Crow contuvo sus gritos de dolor, para ver como este perdía la paciencia, dejaba el látigo y se lanzaba contra Crow. Akira comenzó a darle puñetazos en la cara a Crow, momento que Crow aprovechó para sacarle las llaves rápidamente, pero no podía hacer nada en ese momento. Por suerte el chico no tenía mucha fuerza, ni resistencia, de forma que se cansó - Esto se ha acabado, voy a acabar contigo - dijo el chico levantándose y caminando hacia una mesa en donde había un cuchillo. Crow aprovechó para quitarse las esposas e ir corriendo a recuperar su espada. Para cuando Akira se giró para mirar a Crow, ya era demasiado tarde para él, tenía el filo de la espada de Crow rozándole el cuello - No sabes lo fácil que sería matarte ahora mismo - dijo Crow, que al fin esbozó una sonrisa, habían terminado sus problemas. Crow hizo un movimiento como si fuese a decapitar al chico, y este gritó dejando caer el cuchillo, mas no fue más que un amago por parte de Crow, pues este dio una vuelta sobre sí mismo golpeándole con el mango de la catana en la cabeza, dejando noqueado al chico, que cayó plegado al suelo. Dos horas más tarde llegó la madre de Akira - Ha ido todo bien? - preguntó la madre sonriendo - Si..., hemos jugado un poco y al niño le ha entrado sueño, esta durmiendo en su habitación - dijo Crow recogiendo sus cosas para marcharse - De acuerdo muchas gracias por su ayuda - dijo la mujer sonriendo mientras Crow abandonaba aquella casa por fin, esperaba no tener que volver a lidiar con aquel chaval.